Juan Salazar regenta este clásico madrileño, junto al Auditorio Nacional, reconocido por ser uno de los que mejor preparan el bacalao en la capital.
El local.
Acogedor restaurante sobriamente decorado en madera, con ambiente totalmente marinero: barcos, timones y aparejos marinos varios. El servicio experimentado y atento. Aunque el restaurante no es pequeño, la abundancia de mesas resta amplitud. Dispone de reservados.
La carta .
Más de 70 platos con distintas preparaciones de bacalao da el merecido título de Rey del bacalao de la capital madrileña, no teniendo nada que envidiar a los especializados restaurantes lisboetas.
A destacar sus clásicos soldaditos de pavía, la tortita de camarones o el bacalao a la sidra.
Recomendamos también por su excelente relación calidad precio el Menú Degustación (45 €, vino de la casa incluído):
- Carpaccio de foie de oca
- Gratinado de vieiras con espinacas. Muy bueno
- Bacalao dos gustos: dos pedazos de bacalao a la plancha preparados a dos salsas, pil pil y vizcaína. Excelente
- Sorbete de pétalos de rosa.
- Solomillo de buey con setas del bosque estofadas. Aunque la especialidad es el bacalao, las carnes rojas a la brasa no desmerecen
- Selección de postres caseros. Lo más flojo. Tiramisú algo apelmazado. Helados correctos.
Consejos.
Sin duda, un lugar imprescindible para los amantes del buen bacalao y recomendable para todos los demás. El precio, muy atractivo si tenemos en cuenta la calidad de la cocina y de las materias primas